26.9.06

Tormento


No piense que lo olvidé. Sabe bien que ni usted ni yo lo olvidará jamás. Convivo con el tormento de ese recuerdo. Supongo que a usted le ocurre lo mismo, y que al despertar siente dolor. Y hasta me atrevería a adivinar que llora por las noches. No crea que no me da culpa. No me recuerde cómo una mujer fría. Sabe bien que mi alma nunca descansará en paz.
Sin embargo presiente que hicimos lo correcto. Considera que fuimos obligados por las circunstancias. Tal vez yo exagere pero desde aquella noche no he podido dormir bien, ni tener sueños agradables. Por el contrario me sumerjo en horribles pesadillas y cualquier sonido me despierta. Como si no estuviera durmiendo por completo, y siempre algo de mi vigilara la puerta. Dirá que soy una maniática, quizás desde siempre lo piense. Pero no puedo evitarlo, el recuerdo no me deja tranquila.
De todos modos quiero informarle que ya lo tengo bastante dominado. He pasado por momentos difíciles en los que intenté olvidar evadiéndome. Pero como le habrán hecho saber ya me encuentro mejor. Sin embargo...
Yo no lo culpo, no valla a creer eso. Aunque a veces pienso que las cosas podrían haber sido diferentes. Seguramente usted también lo piensa e imagina como serían las cosas ahora. Y sabe que es tarde para lamentarse y para cambiar el pasado. Ese atormentador pasado que aunque sea lejano aún hoy no me deja en paz.
Quisiera empezar de nuevo, olvidar lo sucedido. Eso es lo que usted intentó, pero no creo que lo haya conseguido. Escaparse no es la solución, puede irse lejos y no verme más pero en su cabeza sigo existiendo. Y no puede cambiar el pasado, ni tampoco olvidarlo aunque yo lo he intentado. Y como ve no pude. Pero necesito de alguna manera cerrar esta historia porque ya no puedo continuar.
No sé como habrá hecho usted para continuar tantos años. Intento imaginar que pensará pero no lo comprendo. Me dejó tan sola, y sin embargo veo su rostro en la oscura habitación cada vez que la casa queda en silencio. Escucho unos pasos y creo que ha regresado.
Cuando pronuncio su nombre despacio, casi en un susurro, no puedo evitar que una lágrima caiga por mi mejilla.
Esta mañana desperté feliz, después de tanto tiempo pude dormir. Tuve un sueño agradable en el que no estaba y sentí que por fin todo había terminado. Siento finalmente que aunque no pueda olvidar lo sucedido, esto ya quedo cerrado. Siento mucho haberlo matado, pero era la única manera de dejarlo atrás.